PhysioLift, gama de cuidados anti-edad arquitectos, toma su inspiración de la ciencia y el arte de la arquitectura.
Las construcciones más recientes, con la más alta tecnología, se elaboran en torno a una malla superestructurada, cuya finalidad primordial es servir de soporte al armazón, distribuyendo bien las fuerzas. Esta malla también garantiza la solidez del edificio y su resistencia ante las agresiones externas, con flexibilidad y dinamismo. Esta superestructura, esta función de soporte, de protección, se encuentra igualmente en la piel.
En la epidermis, los queratinocitos están bien organizados y diferenciados.
Las fibras de Colágeno de tipo I constituyen el armazón de la piel a nivel de la dermis, mientras que las fibras de Colágeno de tipo IV garantizan la fijación en la unión dermoepidérmica. El ácido hialurónico, por su parte, consolida esta estructura de la piel formando un colchón cutáneo bastante denso. La razón de ser de todos estos componentes es la de formar una arquitectura cutánea de calidad.
Pero, bajo el efecto del tiempo, la piel ve su arquitectura deteriorarse.
El ácido hialurónico se vuelve más escaso y la malla de fibras de colágeno se altera y se estropea. Al igual que las plantas, la piel se desploma: las arrugas se instalan, y la piel pierde en firmeza y en luminosidad a nivel de la superficie. Aunque el debilitamiento del armazón cutáneo con el paso del tiempo es inexorable, se puede reforzar su estructura preservando la funcionalidad de los materiales que la componen, para que su resistencia dure más.
Al igual que los cimientos de un edificio, la piel se apoya en unas estructuras, que le permiten resistir frente a las agresiones externas
Así, el colágeno de tipo I y el ácido hialurónico son los dos componentes clave de la dermis a la hora de gozar de una buena arquitectura dérmica.
En 2015 los Laboratorios Dermatológicos Avène revolucionaron el enfoque anti-arrugas – firmeza con la ciencia y el arte de la arquitectura como fuentes de inspiración, precursoras de una gama única: PhysioLift
Gama que le enseña a la piel a desafiar el tiempo con firmeza, respetando al máximo la fisiología cutánea, mediante la estimulación de los mecanismos naturales.